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miércoles, 23 de noviembre de 2011

En la muralla.



Misterios que ignora 
Un abrazo.

Maravilloso, dos esencias
Victimas de un suicidio.
 
Una mano empuña 
El circulo de la esperanza,
la danza aplasta
Verdades que no se delatan,
 
Futuro soliviantado,
Saber rebelde.

mis manos desencadenan
los nudos de tu voz.
 en la muralla.

Pido  los secretos de tu claustro
A mis pies se postren.

 en segundos
Me destroza tu palpitación

Soy un hombre, quiero gozar,
De tu abrazo,  tu beso,
Al pie de esta muralla.

Fortuna de la vida
 Ilusión que  fragmenta.

No entiendo
Mis palabras abren heridas,
Y  brindo  por 
 cada una.
 
Instante transitorio que denota
Una fugaz e inevitable evaporación.


Aqui  la esperanza es pisoteado
por grandes gladeadores,

Luis de Alfonso.

Cuando haya dejado de existir.

 Cuando 
haya dejado de existir,
no me busque en la morada santa.

Búscame en tu recuerdo,
 
y sabrás,
que mis manos,
 cultivo las rosas
de primavera,
 
para acariciar tu silueta,  
tu tierno rostro.
 albor  de la luna.

Luis de Alfonso.

Ningún sueño la detiene.

Me quede soterrado
en el paraíso de la desgracia,Imagen
ninguna mujer me pertenece,
en el olvido yace mi cansancio.


llega el barco al lugar 
que tenía que llegar,
llega el tren 
a embarcar mis sueños.


Aquí nadie conoce mi existencia,
todos me ignoran,
soy el único
que va por las calles apagadas.


Es un misterio,
que nadie comprenda la pena que llevo,
en la agenda de mis sueños
no está este despoblado.


Por fin mi arrogancia tiene fin,
yacer en mi propio dolor
sin obligarme a teorizar,
sin nadie que teorice,
el afán de estar solo.


Creí amar un día,
ese amor era tan solo un sueño,


Creí que mi madre me amaba
!Pero ella ya no está!
se fue en el tiempo.

Hoy tras reunir los requisitos 
para conquistar el amor,
el dolor, la traición;
saco la conclusión, 
que la vida continua.
Ningún sueño la detiene.

Luis de Alfonso

Mis lagrimas.

  Gotas del pensamiento,
 pernocta al pie del mar.

Mis palabras 
vierten risas, recuerdos.

 La brisa,
 Humedece, jardines marchitos.
donde todo a envejecido.

No puedo ser manantial
ni un prado en tu lecho.

Miro lo que me rodea,
un mar infinito sin veleros
necesito de ti.!Que me espera¡Imagen
en este ancho mar.
Se calcina  mi pensamiento a la orilla,
navego en la penumbra.

finjo de no saber lo que ya se

sin tus besos.
El viento hace añicos 
a mi sombra.

se frustrado mi pensamiento
en mi sueño.

He de volver a soñar 
todo lo que tuve antes.

El camino que perdí,
he de seguir, día a día,

Luis de Alfonso.


martes, 22 de noviembre de 2011

Hilos de la vida.

Reminiscencias de ayer,
Perdido en los hilos de la vida, 
me conducen a la muerte.


quienes me aman no conocen
la existencia de estos hilos.



Mis ojos ven 
la felicidad que me espera.



Imagendespués de  muerto,

Me animo, y busco los hilos,
para sonreír en mi mundo,
no sé más decirles,


Al despertar,
por la mañana sonrío,
mi lecho humedece mi cuerpo.


Mis lagrimas  duermen
en tu corazón, mi corazón,
amada mía.


¿Percibes al monstruo de la oscuridad
que pasa por ti? No.


La memoria del silencio atravesó
la muralla de la vida.


Es una ola sangrienta,
y mi corazón resonante,
trasmuta el pensamiento,
y mis cabellos ondean
en la sombra nopturna.

No te conozco 
tú me conoces,
los dos nos herimos ,vida, muerte.

Luis de Alfonso.

El deseo.

me gustaría saber qué hay detrás
de esa mirada,
qué esconde la calabaza.


¿El deseo,el amor 
o la carne del placer?


¿Sabes? Somos prisioneros del tiempo,
aquel pájaro del rincón, 
es el mismo que cantaba 
cuando tu  eras  pequeña.


Soy el niño que te miraba,
cuán bella eras de niña.


aquel momento nació mi amor,
yo te amo.


Luis de Alfonso.

Respuesta.

Que en este libro
se halle la respuesta
para el que dice amar,
o para quien no sabe amar.


que te sirva este libro,
mi libro, nuestro libro,
para encontrar lo que buscas 
en esta etapa  de la vida,


Somos, estructura de puro amor,
no dejemos extinguir esa pureza,
ese amor.

Luis de Alfonso.

Él arcano.

En la mañana 
la briza se levanta,
ojos lánguidos
se estiran en él arcano.


Mis labios se consumen 
por reavivarte.
mi cobardía te mira,
como revuelve tus labios en la arena.


Gritas en el paraje, 
se despierta el polen, 
a impartir sueños.




Te bañas en gotas de aurora,
gritas de placer,
la nuez enmudecida,
con sus manos acaricia tu pelo.


¿Sabes? Soy el recuerdo,
el que un día estuvo y no la acariciaste.


Hoy entregas tus manos al viejo recuerdo.


Si la gota del rocío es agua 
porque no bebernos,
y salvar nuestras almas
de este sueño encantado.

Luis de Alfonso.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Desnudo.

Cuando te nombro
mis ojos vierten poesía.


Y mi corazón camina  desnudo
buscando tú nombre.


En la arena repito mil veces 
tu nombre.


Te busco en la espuma del mar
para acariciarte piedra preciosa.  


Luis de Alfonso.

Encarcelado.

Desconozco 
Que soy preso del caudillo,
explotada mi fuerza.


Engañando con un misero sueldo,
reclamo mis derechos.


Me invitas a trabajar
asechas mi agonía.


Reclamo el pan que me pertenece
me das de beber, palabras,
y vomito de impotencia.


Ni un segundo respiro
 soy bestia de carga.


Mis derechos, mi coraje,
es ignorado,
indignado vuelvo a la celda de huesos.


Mi humildad encerrada en la fortaleza.
A esperar un nuevo día.


Luis de Alfonso.

En el recuerdo.

Caigo abatido en el recuerdo
no es un espejismo.


Umbral asedia mi sombra
no tengo musa en este campo.


Quiero sonreír, dame la vida
mírame, no
fulmines mis recuerdos. 


¿Quien soy?


Dime que me pertenece,
!La vida o la muerte!


Lo más sublime, arrebataste
quedé celado en el olvido,


!Quien soy!


No, no quiero tu nombre
ni tú templo Cobarde.


Saber que tú me engendraste,
hace tanto daño.


Tus caricias y lamentos
calcinan el recuerdo.


Aquí estoy desfallecido
al que lapidaste antes de nacer.


Nací muerto perdido en la penumbra,
y hoy lloras por mi.


Ahogas tu pensamiento en la miseria
tu mirada es frívola,
A ti no te debo la vida.


Luis de Alfonso. 

Soy prisionero.

Mi corazón fragmentado,
ha espigado aguas nuevas,
nadie navega en él.


He llorado tantas veces,
no he visto tu nombre.


Vendavales en llanto, 
son  mis puños,  
ríos atormentados,
van por mis venas.


Mi corazón palpita, despierta y galopa,
soy prisionero.


El pirata pide almas que no le pertenece,
sin preguntar, es dueño de mi risa.


Abandono los pasos en el huerto del recuerdo,
ellos han de vencer las injusticias.


Mi corazón deja de latir, 
hienas castigan, se burlan 
y nada puedo hacer,
soy arrastrado por la marea negra
entregado al manto que un día me vio nacer.


Estás junto a mí,
no puedes hacer nada,
no tienes voz ni manos, ni silencio
donde escucharme.


Remolinos, lagrimas, me llevan
a lo más profundo de este viaje
entre las llamas,
donde todo esto se calcina,
hasta la esperanza.


Luis de Alfonso.

César Vallejo.

Desentierro tu magia,
tu espíritu me engrandece.


Tu luz 
me incita y fortalece.


si me angustio toco fondo,
ahí estás tú César Vallejo.


Tu magia la que conozco,
se posa sobre mis hombros
nace la fe en este humilde bosque
formando parte de este espejismo
Santiago de Chuco.


Tu obra inspira compañerismo,
hasta la mas airosa cuna
se cristianiza.


Seguiré tu camino en tu nombre
patente cual estrella,
tus poemas corren por mis venas 
Cesar Vallejo.

Luis de Alfonso

Laberinto.

Vuelan los recuerdos
se pasan al umbral.


En este laberinto no hay salida 
golpe, tras golpe,
en estas rejas a mil por hora, 
sólo saben rezar.


Cuando me ven, 
dudan de mi alegría.


En este claustro
anhelo la llave
estas rejas no saben asociarse, 
saben rezar.




Aquel pájaro lucha por su libertad.
no tienen boleto de vuelta,
cual guerrero habito el cielo
no pretendo perder la cruzada.

Luis de Alfonso.

He muerto.

Háblame,
dime que yugo he de llevar
para hacer frente a tu soberbia.


viajero soy en el tiempo
con el orgullo me llevo todo,


avispas se apoderan de mi cuerpo,
prendida mi    voz  en sus espigas,
 grita que muero. 


ya he muerto.

Devuélveme la vida,
no permitas que las mangas
castigue mi nombre,
no puedo estar de pie si he muerto.


Y la avispas, fénix en su tiempo
cubre el horizonte.


Salir adelante es mi afán 
y la blasfemia me arrebata la conciencia.
¿Sabes que he muerto? 
Aquí te espero.

Luis de Alfonso.

Sinfonía.

Busco un camino
Mis pródigos.


Los bosques columpian en la brisa,
los nardos junto al río crean su música.


Cascadas vuela a buscar la sinfonía,
la caracola baila en su magia.


La magia es el orgullo del poeta,
que sonríe en versos y filosofía,
busca su estrella, una estrella en cada cielo.

Luis de Alfonso.

domingo, 20 de noviembre de 2011

En la cima.

Llega el momento de partir,
no espero que toquen mi puerta,
ni voy a buscar.

Permítidme montaña,
escalarte,
ver el secano que sueña con el oasis.

Encontrar la respuesta 
con  un rito a la apuesta del sol.

Ver el amanecer es tan sencillo,
soñar ser un combatiente,
reír una vez más.

Mi  enemigo, es mi lamento,
sé que no debo perseguir el oasis,

Sin saber quien será el triunfador,
estoy aprendiendo en la escuela de la vida.

En la cima
la filosofía desencadena  mis virtudes,
renuncio el pasado y canta mis manos.

Voy en busca de luz, 
de mi ofrenda,
de mi estrella, que guió a la cima.

Con los pies en la cumbre
decido,  
el amor puede ser realidad,
mirando al cielo  grito, mi voz
se esfuma en el aire.

Luis de Alfonso.




Aves.

Rendido al sol,
las aves transportan brisa
me avientan el alma.


El unicornio dobla su cuerno 
regiamente.


¿Se hacer frente al sermón
por el afán del deber?


Soy  vulnerable
entre las fieras,
y cuervos,
desfilan mi cuerpo,
esperando mi caída.


no tiemblo, 
aún tengo esperanzas,
aún tengo la vida.


vanidad, que por error cultivo,
me acosa, 
quiere que me flagele.
yo no grito,
 me río, 
aquí estoy para que me flageles,
me calcines.

Luis de alfonso

Armadura.

Atrapados 
en la armadura de la soledad,
de alguna manera vegetamos
tras la muralla de este ciclo de vida.


La tuya, bien lo sé,
la encontramos antes de tiempo,
busca como aflorar de tu
armadura.


Busca alguien 
que te ayude a encontrar
el camino perdido,
ve escoltado de innumerables duendecillos.


Será fácil continuar,
tu mago estará aguardándote
para colmarte de sabiduría. 


luis de Alfonso 





Cáliz.

He visto pasar
el cáliz por mi rostro,
agua que derrama mi costado
agua que rechazo.


He negado tu cáliz
y la sombra me persigue,
me confunde,
la noche y el día.


Sombrío,
a las viñas verdes renuncié,
para buscar el rincón de mi almohada.


Ellos ya no están en mi campo solitario,
en mi ansiedad nacen escorpiones.


Hoy aspiro a beber de tu cáliz
los vientos azotan mi vida,
entierro un árbol con nuevas ilusiones. 


Glorificarme en tu cáliz no quiero,
el temor asalta, me encierro
en mi despoblado
para cultivar esta maraña.


Mis lagrimas caen, las mariposas brillan,
y nace un nuevo vástago.


Derramo el cáliz 
donde espiga besos amargos.


La luna sale 
con el corazón partido en mil pedazos.


Cada pedazo
es una partícula de vida,
un año menos de risas y abrazos.


Luis de Alfonso.

Agravios.

Descalzo, humedecida mis manos de horror 
perdido en la niebla.
lamento en medio de este bosque,


Desde el pensamiento
hay celdas que esperan 
y  pretenden que el mundo sea justo.


Vestido de cordero,
me veo en sus harapos
para confundir a las bestias salvajes.


Me pierdo en el sendero,
doy rienda a mi libertad,
soy vigilado, reprimido.


Derramar  sangre !no!


Mis antepasados lo intentaron,
asesinando sus esperanzas
en los campos de batalla,
en ellos envolveré este nuevo día.


Sobreviviente de todos los agravios,
confundiendo  a la roca y el olvido.


Ríos de pensamiento
van conmigo cada noche 
sin encontrar una respuesta.


Busquemos ganar batallas
sin derramar la sangre.


No abandono la espada 
de la sabiduría
ni los caminos que conducen
a la libertad.

Luis de Alfonso.

Caballo blanco

vivo ausente,
cabalgo las ideas
hacia la tierra prometida.


¿me buscabas?
estoy aquí, 
no sé gritar ni llorar,
canto a las estrellas.


y lucho
contra está música
que involucra al ser humano,
dominando las trompetas desfallesco.


!me has encontrado!
somos hermanos, muerte.
siempre tuve la esperanza
que tú me rescataras.

Luis de Alfonso.