no espero que toquen mi puerta,
ni voy a buscar.
Permítidme montaña,
escalarte,
ver el secano que sueña con el oasis.
Encontrar la respuesta
con un rito a la apuesta del sol.
Ver el amanecer es tan sencillo,
soñar ser un combatiente,
reír una vez más.
Mi enemigo, es mi lamento,
sé que no debo perseguir el oasis,
Sin saber quien será el triunfador,
estoy aprendiendo en la escuela de la vida.
En la cima
la filosofía desencadena mis virtudes,
renuncio el pasado y canta mis manos.
Voy en busca de luz,
de mi ofrenda,
de mi estrella, que guió a la cima.
Con los pies en la cumbre
decido,
el amor puede ser realidad,
mirando al cielo grito, mi voz
se esfuma en el aire.
Luis de Alfonso.
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