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sábado, 14 de mayo de 2011

Tras mi sombra.

Cristo baja mis inquietudes
a la punta de mis pies


Que está en las hondas 
de las horas,


mis palabras no sean dieras 
en tu campo,


miro y no creo mi silencio
cuantas veces gritando tu nombre,


mi voz, no camina 
el eco se hizo polvo.


hoy, ningún pensamiento corre tras mi sombra
clavado mis dedos paso en el tiempo,


la muerte se fue en velero
la pasión se clavo en la  retina 
por tu nombre.
el estupor que blanquea mis uñas
lloraban a solas.


en la agonía albeo tu imagen
tras ese instante no intento continuar


el velero habla confusamente, 
mi voz entre cortada se rompe
de angustia, plenitud,
tribulación.


Mis pasos confusos se pierde en la nada
mis manos hablan de su destino y mi destino.


Mis pies amasíja su sangre vertida de impotencia,
camino y no queda ni el recuerdo.
En tu recuerdo.


Ni la mirada que rodó por tu mejilla
al decir tu nombre.


Mi corazón está cerrado,
mi boca a magullada.


Hoy busco razones en esta tierra sangrienta
ni las hienas aúllan. 


Siempre estoy de rodillas
ya no te pido mas clemencia Cristo.


Mis labios se han secado,
regreso al sendero


yo no te clame de hambre, 
es de angustia mis gritos.


Se ha defendido del viento,
mi voz rodó una y otra vez, 
estuve aquí sin poder mirarte.
      
       luis de alfonso