En las aguas negras se ve
tus pasos tu risa de dolor.
Cantaros que se agrietan
Sin anhelo,
Musas que no existen
y conceden esperanzas.
Grillos cabalgan cual guerreros,
Cuervos hambrientos de almas olvidadas,
Pájaros que danzan al filo de tu miedo
Para disfrutar este dolor.
Un pájaro vestido de tristeza
Su corazón de ángel.
Me da la mano, abandono el miedo.
En sus alas cruzo el mar de la utopía,
Aún no quiero ser peregrino de su espacio.
He de seguir aquí para pugnar
Contra la piedra que es más fuerte que yo.
Luis de Alfonso.