entra

lunes, 21 de noviembre de 2011

Soy prisionero.

Mi corazón fragmentado,
ha espigado aguas nuevas,
nadie navega en él.


He llorado tantas veces,
no he visto tu nombre.


Vendavales en llanto, 
son  mis puños,  
ríos atormentados,
van por mis venas.


Mi corazón palpita, despierta y galopa,
soy prisionero.


El pirata pide almas que no le pertenece,
sin preguntar, es dueño de mi risa.


Abandono los pasos en el huerto del recuerdo,
ellos han de vencer las injusticias.


Mi corazón deja de latir, 
hienas castigan, se burlan 
y nada puedo hacer,
soy arrastrado por la marea negra
entregado al manto que un día me vio nacer.


Estás junto a mí,
no puedes hacer nada,
no tienes voz ni manos, ni silencio
donde escucharme.


Remolinos, lagrimas, me llevan
a lo más profundo de este viaje
entre las llamas,
donde todo esto se calcina,
hasta la esperanza.


Luis de Alfonso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario