entra

domingo, 31 de julio de 2011

Un topacio, creí que brillaba.

¿Os reis, de este sórdido hombre?

Mi  orgullo se llevo el otoño.
Busco mi nombre en este  amasijo, de hierro.


Te llenaba de ternura,  presumías,
Mi silencio discrepa.
Ya no existe filosofía alguna en mi alma.

Con esta caída toco madera
El olvido es mejor que el recuerdo.

No hallaréis mi nombre más alto
Que en tu propio canto de cada mañana,

Es tuvisteis   rondando mi sueños,
Adyacente estuve en ti.

Y, nuestro romance fue más cruel que el olvido
Que tus vanas palabras.

Ni fue más dulce la pasión que me diste
En medio de tu apuesta.

Yo no fui tu  amor. 
Fui tu afán.
Antes prefiero la muerte.

El tiempo es un huracán,
Que sin amor nos devoro el ser.

Si pensáis que no te amo,
Si pensáis que os miento
Si pensáis que te olvidado
Abre mis puños, ve cuanto amor ahoga
Por ti.

Estoy contigo mujer, esperando serenarme  en tu cobijo.
Trastornado  Hundiendo  todo
Mi egoísmo en este huracán.

Cuantas veces gritaste, te amo, sin sentir.
Y no te respondí,
Pero mis manos suspiraban en  tu airoso cuerpo
De porcelana.

Mis manos, mi atisbo, eran mejor que tus versos
Largos de profeta.

 Esperaba  tu ternura, lo sabías,
 Tus coplas largas fingieron amor.

 Envuelto entre trozos de hielo
Esperando tus cálidas manos.
Se quedo mi cuerpo.

 Luis de Alfonso

No hay comentarios:

Publicar un comentario