aquel halcón me tiene prisionero
para alimentar su nido de pánico.
soy la presa del momento,
clava sus garras en mi piel,
nos enfrentamos, luchamos,
conozco su dolor,
quisiera tener garras
para que esta lucha
no sea dispareja,
que no me haga tanto daño,
grito,
para que no me lleve a su nido.
ausentes todos, no saben
que soy atacado
por la bestia de la muerte.
y en el olvido me dejo llevar
al nido del misterio,
entre sus alas.
cuando recobro el alma,
lucho con el, busco la libertad.
pero el dolor es tan fuerte que desgarra
mi alma,
y en medio de la lucha confío
en un portento.
pero sé
que los milagros no existen
y estamos condenados
a pasar página, y nada más.
Luis de Alfonso.
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